Dos acontecimientos simultáneos y
contrapuestos han marcado recientemente los treinta jóvenes años de la
democracia en la Argentina, que en
nuestra provincia resultan aún menos, ya que debemos naturalmente descontar las
cuatro Intervenciones Federales en las
que los ciudadanos correntinos no pudieron hacer conocer su voluntad política.
El contraste de los festejos del
Poder Ejecutivo Nacional con la violencia y la barbarie delictiva desatada en
distintos puntos del país, debe necesariamente hacernos reflexionar y tener
presente que, como el vulgo conoce, no se trata de la cantidad, sino de la
calidad de la gestión y de las instituciones, lo que verdaderamente reafirma
nuestra nuestra voluntad y compromiso de vivir en democracia.
De nada sirven las declamaciones pomposas
cuando no se respetan los mínimos presupuestos de nuestro contrato social
cuales son el derecho a la vida, la salud, el trabajo, la propiedad y la
justicia.
Igualmente es destacable que, a
pesar de tantos tropiezos y desaciertos, se ha logrado mantener un esquema
siempre perfectible, y para que así sea, debemos ser mejores ciudadanos, e
indefectiblemente, mejores funcionarios, administradores, y representantes.